Hot-line
_¿Sigues pensando en anoche?
_ ¿Tan espectacular te crees que fue?
_ No, no lo pienso. Estoy seguro.
_ Alta tu autoestima …
_ Ahí también te equivocas, niña. Creo que los dos nos la pasamos de cine. Tú gracias a mi, y yo gracias a ti. ¿No estás de acuerdo?
Quedamos en la cafetería de la esquina donde suelo ir a desayunar, pero a las 12. Me preguntó qué quería hacer. Le contesté que ir a Chueca. Me miró asombrado y le expliqué que además de habérmelo montado con él, solo me lo había hecho “él”, y que el resto de mis relaciones sexuales habían sido con mujeres. No incluí ni a Carolina ni a nadie en la lista. Creo que se hubiera horrorizado. No sabe que en realidad ella no es mi tía, sino la hermana adoptiva de mi padre.
Charlamos largamente, lo que me contó no me atrevo a escribirlo, pero me calentó tanto que no pude llegar al coche para que me metiera la mano una vez más y comprobara la erección de mi clítoris con sus dedos. Jugó con él hasta arrancarme un orgasmo bestial.
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