jueves, 16 de junio de 2011

Diario de Inés (Parte 1)

Descubrí el diario de Inés por casualidad y no pude resistir la tentación de leerlo y tampoco la de retomar mi blog, que para mi sorpresa, había desaparecido junto con mi cuenta de Google.


Yo Inés

Hacía menos de 24 horas que había cumplido la mayoría de edad. La sangre me bullía por dentro. Desde mi encuentro programado al milímetro y buscado con … lo llamaré “él”, no había vuelto a estar con un hombre. De hecho “él” había sido el primero. Hasta eso había estado programado, meditado. Pero eso es harina de otro costal.
¿Cómo llamarlo? Número DOS apareció con su padre a visitar a Carolina. Dos gotas de agua que diferían en la edad. Después de cenar los cuatro, DOS y yo nos fuimos al jardín. Carolina y su padre se subieron a sus “tareas”, supongo, porque no volvimos a verles en toda la noche. DOS me preguntó qué solía hacer para divertirme.
- ¿Tú qué crees?
Me miró intensamente. Me cogió de un brazo y me siguió mirando empujándome gentilmente hacia el muro cubierto de hiedra. Metió sus largos dedos debajo de mi vestido blanco, siguió subiendo, más y más. Comprobó mi humedad que debió parecerle perfecta porque sonrió con malicia. Y luego me folló con nocturnidad y alevosía, casi haciéndome un delicioso daño. 

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